"...
Todo el que combate una cualidad positiva es un
impotente.
Querer lo
inverosímil es ennoblecerse, querer lo vulgar
es un envilecimiento premeditado.
Amar lo vulgar es
sumergirse en la oscuridad de la nada, amar lo
inverosímil es
avanzar de cara hacia el sol. El joven que
se inclina hacia lo vulgar nace
viejo. El viejo que se
inclina hacia lo inverosímil es joven. Lo inverosímil es
el
sueño, lo vulgar es el ronquido. La humanidad ronca.
Pero el artista está en
la obligación de hacerla soñar, o
no es artista. ..."
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