La ventana de mis ojos

Espacio de una memoria desajustada.


29 noviembre, 2013

Paracaídas para emociones mágicas...




Un guerrero japonés fue capturado y hecho prisionero por sus enemigos.
Esa noche no podía dormir porque temía que al día siguiente lo interrogaran, torturan y ejecutaran.
Entonces recordó las palabras de su maestro de Zen.
“El mañana no es real. Es una ilusión. La única realidad es el hoy”.
Prestando atención a estas palabras, el guerrero se tranquilizó y se durmió.





28 noviembre, 2013

¡Malditos estamos!




En tu lucha contra el resto del
mundo te aconsejo que te pongas
del lado del resto del mundo.


23 noviembre, 2013

Su punto de vista ... cayó a la mar





Como era pigmeo y amarillo y de facciones agradables

y como era listo y no estaba dispuesto a ser torturado

en un campo de trabajo o en una celda acolchada

me metieron en el interior de este platillo volante

y me dijeron vuela y encuentra tu destino. ¿Pero qué

destino iba a encontrar? La maldita nave parecía

el holandés errante por los cielos del mundo, como si

huir quisiera de mi minusvalía, de mi singular

esqueleto: un escupitajo en la cara de la Religión,

un hachazo de seda en la espalda de la Felicidad,

sustento de la Moral y de la Ética, la escapada hacia adelante

de mis hermanos verdugos y de mis hermanos desconocidos.

Todos finalmente humanos y curiosos, todos huérfanos y

jugadores ciegos en el borde del abismo. Pero todo eso

en el platillo volador no podía sino serme indiferente.

O lejano. O secundario. La mayor virtud de mi traidora especie

es el valor, tal vez la única real, palpable hasta las lágrimas

y los adioses. Y valor era lo que yo demandaba encerrado en

el platillo, asombrando a los labradores y a los borrachos

tirados en las acequias. Valor invocaba mientras la maldita nave

rielaba por guetos y parques que para un paseante

serían enormes, pero que para mí sólo eran tatuajes sin sentido,

palabras magnéticas e indescifrables, apenas un gesto

insinuado bajo el manto de nutrias del planeta.

¿Es que me había convertido en Stefan Zweig y veía avanzar

a mi suicida? Respecto a esto la frialdad de la nave

era incontrovertible, sin embargo a veces soñaba

con un país cálido, una terraza y un amor fiel y desesperado.

Las lágrimas que luego derramaba permanecían en la superficie

del platillo durante días, testimonio no de mi dolor, sino de

una suerte de poesía exaltada que cada vez más a menudo

apretaba mi pecho, mis sienes y caderas. Una terraza,

un país cálido y un amor de grandes ojos fieles

avanzando lentamente a través del sueño, mientras la nave

dejaba estelas de fuego en la ignorancia de mis hermanos

y en su inocencia. Y una bola de luz éramos el platillo y yo

en las retinas de los pobres campesinos, una imagen perecedera

que no diría jamás lo suficiente acerca de mi anhelo

ni del misterio que era el principio y el final

de aquel incomprensible artefacto. Así hasta la

conclusión de mis días, sometido al arbitrio de los vientos,

soñando a veces que el platillo se estrellaba en una serranía

de América y mi cadáver casi sin mácula surgía

para ofrecerse al ojo de viejos montañeses e historiadores:

Un huevo en un nido de hierros retorcidos. Soñando

que el platillo y yo habíamos concluido la danza peripatética,

nuestra pobre crítica de la Realidad, en una colisión indolora

y anónima en alguno de los desiertos del planeta. Muerte

que no me traía el descanso, pues tras corromperse mi carne

aún seguía soñando.



Roberto Bolaño (Mi vida en los tubos de supervivencia)





19 noviembre, 2013

Sueños de un loco y sus fantasías de colores...




Y necesito verte, pero no te veo, y necesito escucharte, 
pero no te escucho, y necesito tocarte, pero no te toco, y 
necesito pensarte, y es lo único que hago.

















18 noviembre, 2013

Alimento para los oídos ...




Cada día me miro en el espejo y me pregunto: “Si hoy fuese 
el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer 
hoy?”. Si la respuesta es “no” durante demasiados días 
seguidos, sé que necesito hacer algunos cambios.







17 noviembre, 2013

15 noviembre, 2013

Tablero para un alfil eliminado































LA VERDAD EN LA FERIA

Polvos de no envejecer
Pregonaba en una feria
Un hombre de mejor traza
Que tienen por común regla
Los que a explotar se dedican
La credulidad ajena.

Unos por ver cómo miente,
Otros por ver qué revela,
Los más sin saber por qué,
En gran número le cercan.
El repite su pregón
Diciendo que la experiencia
Excepción no ha presentado
Ninguna, grande o pequeña,
Que la admirable eficacia
De aquellos polvos desmienta.

Crece la curiosidad,
Crece la bulla y la gresca,
Unos empujan y ríen
En tanto que otros reniegan;

En fin, otros impacientes
Sacan algunas monedas
Y al punto en cambio reciben
De los polvos la receta.

Desdobláronla curiosos
E impacientes de leerla.

Decía así: «Corporal
La gallardía y la fuerza,
Los atractivos y encantos
De eso que llaman belleza

Gócese mientras se tiene,
Mas siempre en poco se tenga,
Que en breve el tiempo la arrastra
Como el viento una hoja seca.

Mas la hermosura del alma
El tiempo no se la lleva.

Quien aprende lo que es útil
Y lo que sabe aprovecha,
Quien conforme a su aptitud
Cultiva el arte o la ciencia,

Quien de las malas pasiones
El perverso instinto enfrena,
La felicidad buscando
Donde estar puede, en las buenas,

Sus atractivos hará
Que estén del tiempo a la prueba,
Y aquí de no envejecer
El gran secreto se encierra.

La gente que se esperaba
Hallar cosas estupendas
Grita del chasco corrida:
«¡Pues trae noticias frescas!
¿Y por esto el gran bribón
Nuestro dinero nos lleva?»

Enarbolan los garrotes,
Amenázanle con piedras,
El hombre ya intimidado
Les devuelve las monedas
Y huyendo la silba y grita
Vase a la casa más cerca.

Era el amo hombre discreto
De buen juicio y alma recta,
Y acogiéndole benigno
Le dijo de esta manera:

«¡Pero hombre de mis pecados!
¿Habéis tenido la idea
De dar al pueblo razones
Cuando prodigios desea
Y creído que a pagarlas
Iba en corriente moneda?

Dijérais que vuestros polvos
Se hacían con unas yerbas
Que crecen en las orillas
De un río que corre en Persia,

Mezclando el asta de un ciervo
Que viene de Filadelfia,
El pico de un avestruz,
El diente de una culebra,

Y una lava portentosa
Que de Islandia se acarrea,
Cogida con grave riesgo
De los cráteres del Yecla.

Con estos y otros dislates
Quedara muy satisfecha
La gente, buscara luego
El pico, el diente, las yerbas

Y el mineral, por boticas,
Por droguerías y tiendas,
Y vos quedarais pagado
Dejándola así contenta.»

«¿Y después?. «Se iban a casa».
«¿Y yo?». «Ibais a otra feria».
«¿Que debe mentirse al vulgo
Sacáis en consecuencia?»

«No lo digo hablando en serio
Aunque tal vez lo merezca,
Ya que aplaude al que le engaña
Y escarnece al que le enseña.

Mas digo que la razón,
Y esto propio afirma ella,
Es género poco usado
Que no halla en la plaza venta,
Y reservarle es cordura
Para alguno que le quiera.»

«¿Y vivir oscurecido
Y tal vez en la miseria?»
«Es posible». «¿Y presenciar
De un impostor la opulencia?»

Posible también». «¿Y ver
Cómo una inmoral leyenda
En que el misterio del crimen
Con cinismo se revela,

Una historia monstruosa
De insulsas fábulas llena,
Un drama que ni el pudor
Ni el buen sentido respeta,

Otro que acordarnos hace
Del gran cerco de Viena
A sus autores procuran
Honores, fama y hacienda,
Mientras oscuro y hambriento
Sucumbe un hombre de ciencia?

Yo creí que la excepción
Esa que decís fuera
Y lo juzgo todavía.»
«Pues amigo, no, es la regla.»

«¿Y pensáis que tal desorden
Mucho tiempo durar pueda?»
«No sólo temo que dure.»
«¿Pues qué teméis?» «Que crezca.

¿Por ventura se estimula
Con honores ni riquezas
Al que en útiles estudios
Consume su vida entera?

¿Por ventura se persigue,
Ni aun en la forma indirecta,
Al que especula en decir
Lo que ignorarse debiera,

Y del crimen al formar
La escandalosa epopeya,
No bastándole copiar
Fecundo en maldad inventa?

¿Por ventura en este siglo
Son tan vivas las creencias
Que se haga el bien por el bien
Sin esperar recompensa,
Y se rehúse del mal
La lucrativa carrera?

Mientras los hombres de estado,
Los que dicen que gobiernan,
De lo que es gobierno y orden
No se formen otra idea;

Mientras juzgue inapreciable
A todo escritor la venta
Que desdeña lo que instruye
Y busca lo que deleita;

Mientras triunfe la ignorancia
Y trocadas las ideas
La libertad de hacer mal
Llamada libertad sea,

No faltará quien explote
Mina de tan rica vena,
Ni quien verdades se calle,
Ni quien por dinero mienta,
Ni quien tome la lección
Que a usted le han dado en la feria.»



Concepción Arenal






03 noviembre, 2013

El estado del alma




BLACK DAYS 

La juventud no es solamente una etapa de la vida
Es más una manera de ser, un efecto de voluntad
Una cualidad de imaginación, una intensidad emocional
Una victoria de coraje sobre la timidez
Una dosis de aventura sobre lo cómodo


No envejecemos por vivir muchos años
Nos hacemos mayores, porque abandonamos nuestro ideal
Los años marcan la piel, renunciar a su ideal arruga el alma
Las preocupaciones, las dudas, los miedos son los enemigos que nos conducen hacia el suelo

Y nos transforman en polvo.

Jean Philippe Dury