La ventana de mis ojos

Espacio de una memoria desajustada.


23 septiembre, 2012

Mi muy queridaTerpsícore




ÍTACA

Cuando emprendas tu viaje a Itaca pide que el camino sea 
largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias. No temas 
a los lestrigones ni a los cíclopes ni al colérico Poseidón, 
seres tales jamás hallarás en tu camino, si tu pensar es 
elevado, si selecta es la emoción que toca tu espíritu y tu 
cuerpo. Ni a los lestrigones ni a los cíclopes ni al salvaje 
Poseidón encontrarás, si no los llevas dentro de tu alma, 
si no los yergue tu alma ante ti. Pide que el camino sea 
largo. Que muchas sean las mañanas de verano en que 
llegues -¡con qué placer y alegría!-a puertos nunca vistos 
antes. Detente en los emporios de Feniciay hazte con 
hermosas mercancías, nácar y coral, ámbar y ébano y 
toda suerte de perfumes sensuales, cuantos más 
abundantes perfumes sensuales puedas. Ve a muchas 
ciudades egipcias a aprender, a aprender de sus sabios. 
Ten siempre a Itaca en tu mente. Llegar allí es tu destino. 
Mas no apresures nunca el viaje. Mejor que dure muchos 
años y atracar, viejo ya, en la isla, enriquecido de cuanto 
ganaste en el camino sin aguantar a que Itaca te 
enriquezca. Itaca te brindó tan hermoso viaje. Sin ella no 
habrías emprendido el camino. Pero no tiene ya nada que 
darte. Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado. 
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, 
entenderás ya qué significan las Itacas.




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