MANIFIESTO FEAPS SOBRE LOS RECORTES Y LA SITUACIÓN DE LAS
PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL O DEL DESARROLLO Y SUS FAMILIAS.
Más de 100.000 razones para luchar
La actual situación de crisis económica se está convirtiendo
también en una crisis social. Las medidas adoptadas por las diferentes
administraciones públicas del Estado y de la mayoría de Comunidades Autónomas
están vulnerando claramente los derechos de las personas con discapacidad
intelectual o del desarrollo y de sus familias. Unos derechos que al movimiento
asociativo representado por FEAPS (Confederación Española de Organizaciones en
favor de las Personas con Discapacidad Intelectual) le ha costado generaciones
levantar, vidas enteras de esfuerzo no pueden ser desperdiciadas, y no estamos
dispuestos/as a admitirlo.
Esta situación índice directamente en los siguientes
aspectos:
La deuda por recortes, retrasos e impagos de contratos
firmados entre nuestras entidades y las administraciones públicas superan en
toda España los 73 millones de euros. Esta situación pone en peligro el apoyo y
los servicios que FEAPS presta a las personas con discapacidad intelectual y a
sus familias, y hace imposible garantizar que cada una de ellas tenga un
proyecto vital de calidad, y que luchemos por la igualdad de oportunidades y la
plena ciudadanía, como manda nuestra misión.
Una merma de la cobertura del sistema de atención a la
dependencia: cuyo presupuesto se ha reducido en un 70%. Junto a ello, se
recortan una media de un 15% las cuantías que recibían los cuidadores y
cuidadoras, se aumenta la presión sobre la persona dependiente obligándola a
cofinanciar la prestación, lo que tiene especial relevancia en las personas más
vulnerables y sus familias. Además las personas con discapacidad intelectual o
del desarrollo que no tengan reconocida la dependencia verán recortadas sus
prestaciones sociales y las que no hayan accedido a este sistema, tendrán que
esperar años para poder hacerlo.
A todo ello hay que sumar los planteamientos equivocados de
un sistema defectuoso que sigue apostando por atender a la dependencia en vez
de favorecer la autonomía personal, un sistema en el que las personas siguen
siendo "números" o "plazas" y no proyectos de vida de
calidad.
Una situación insostenible en el ámbito del empleo: en la
que 30.000 trabajadores y trabajadoras con discapacidad intelectual se ven, a
este paso, abocados al desempleo, debido a la falta de respaldo presupuestario
de las subvenciones a las personas con especiales dificultades de empleabilidad
(que han descendido este año en un 30%), a los recortes e impagos de las cuantías
firmadas con los Centros Especiales de Empleo, así como el peligro de quiebra
de estos centros por falta de liquidez, deudas a proveedores, etc.
Estos centros especiales de empleo están ejerciendo un papel
que, en una sociedad más inclusiva, deberían garantizar las empresas privadas y
públicas, fomentando el empleo de las personas con discapacidad, y cumpliendo
así la normativa vigente en relación a la reserva de cuotas.
Estas situaciones afectan al principal sostén de la vida
autónoma de cualquier persona y condena a estos trabajadores y a estas
trabajadoras a una vida de nuevo dependiente de su familia y de su entorno
cercano, dificultando sus posibilidades reales de inclusión en la sociedad.
Por otro lado, la situación en el ámbito laboral también
afecta a más de 3.500 profesionales de FEAPS, con recortes y retrasos en las
nóminas que en algunos casos alcanzan los 7 o 8 meses. Estas devastadoras
medidas impiden que desempeñen con calidad una labor que se ha demostrado
crucial para garantizar el derecho de las personas con discapacidad intelectual
y sus familias a tener una vida digna, con los apoyos y servicios que cada una
de ellas necesita.
Peligra el derecho a la Sanidad. A las dificultades de
acceso a una sanidad de calidad que ya tenían las personas con discapacidad
intelectual o del desarrollo, se suman ahora nuevas restricciones planteadas
para la población en general. El real decreto de 20 de abril que establece la
sostenibilidad del sistema nacional de salud, aún tiene unas consecuencias
insospechadas para nuestro sector, y no podemos analizar su impacto real porque
su aplicación depende de futuros desarrollos reglamentarios. No obstante estimamos
que van a tener una importante repercusión en lo que se refiere a la prestación
ortoprotésica y al transporte sanitario no urgente, servicios que son
demandados con frecuencia en nuestro ámbito.
Una educación menos inclusiva y de menor calidad. La
ampliación, en un 20%, del número máximo del alumnado por aula, afectará
negativamente a la atención al alumnado con necesidades educativas especiales.
Ello provocará un retroceso en los pequeños avances que –con mucho esfuerzo–,
nuestro movimiento asociativo estaba logrando en el ámbito de la inclusión
educativa.
Ante esta situación, las personas con discapacidad
intelectual y sus familias, los profesionales y voluntarios, los dirigentes y
la sociedad que nos acompaña, declaramos:
Que las dificultades no son nuevas para nuestro colectivo:
nos hemos enfrentado a ellas desde nuestro nacimiento como organización hace
medio siglo.
Que las personas y las entidades que formamos parte de FEAPS
somos las primeras que estamos arrimando el hombro en esta crisis, poniendo un
esfuerzo extra, sacrificándonos para que la misma no afecte a nuestra gente.
Que vamos a permanecer unidos en estas circunstancias de
extrema dificultad
Que vamos a decir bien claro y bien alto que los recortes e
impagos suponen una fragrante vulneración de derechos establecidos en la
Constitución Española y en la Convención de la ONU sobre derechos de las
personas con discapacidad.
Que lo que reclamamos, no es sólo dinero: es una cuestión de
derechos, de inclusión social, de igualdad de oportunidades… En definitiva, de
ciudadanía para nosotros y para el resto de colectivos en riesgo de exclusión
con los que nos solidarizamos.
Que no estamos dispuestos a abandonar esta lucha: corremos
el riesgo de retroceder décadas, de acabar con todo lo conseguido con vidas
enteras de lucha y esfuerzo, y ser ciudadanos de segunda.
Que tenemos más de 100.000 razones para luchar y no vamos a
permanecer impasibles: mientras una única persona con discapacidad intelectual
o del desarrollo de esas más 100.000 se encuentre en una situación que le
avoque a la marginación o a la pobreza, seguiremos luchando por ella.
Que nuestra reivindicación es tarea de todos los ciudadanos
y ciudadanas de este país, porque la sociedad que queremos es una sociedad de
personas, una sociedad más justa y solidaria para todas ellas.
Por todo ello, hacemos un llamamiento a los ciudadanos y
ciudadanas para que se unan a nuestra lucha:
POR NUESTRA DIGNIDAD
POR NUESTROS DERECHOS
POR NUESTRA INCLUSIÓN
Confederación Española de Organizaciones en favor de las
Personas con Discapacidad Intelectual (FEAPS)