La ventana de mis ojos

Espacio de una memoria desajustada.


31 julio, 2013

La sonrisa de Kali y la evidencia de los sentidos.



Robert Kennedy y el PIB  (18 de marzo de 1968.)

Nuestro PIB tiene en cuenta, en sus cálculos, la 
contaminación atmosférica, la publicidad del tabaco y las 
ambulancias que van a recoger los heridos en nuestras 
autopistas. Registra los costes de los sistemas de seguridad 
que instalamos para proteger nuestros hogares y las 
cárceles en las que encerramos a los que logran irrumpir en 
ellos. Conlleva la destrucción de nuestros bosques de 
secuoyas y su sustitución por urbanizaciones caóticas y 
descontroladas. Incluye la producción de napalm, armas 
nucleares y vehículos blindados que utiliza nuestra policía 
antidisturbios para reprimir los estallidos de descontento 
urbano. Recoge (…) los programas de televisión que 
ensalzan la violencia con el fin de vender juguetes a los 
niños. En cambio, el PIB no refleja la salud de nuestros 
hijos, la calidad de nuestra educación, ni el grado de 
diversión de nuestros juegos. No mide la belleza de nuestra 
poesía, ni la solidez de nuestros matrimonios. No se 
preocupa de evaluar la calidad de nuestros debates 
políticos, ni la integridad de nuestros representantes. No 
toma en consideración nuestro valor, sabiduría o cultura. 
Nada dice de nuestra compasión ni de la dedicación a 
nuestro país. En una palabra: el PIB lo mide todo excepto 
lo que hace que valga la pena vivir la vida.


Robert Kennedy  fue asesinado unas pocas semanas después 
de haber dicho estas palabras  (5 de junio de 1968 en Los 
Angeles, California)





No hay comentarios:

Publicar un comentario