Levantó su copa hasta la
altura de los ojos y miró a través de
la parte del vidrio que no
contenía el vino rojo. Vio deformados,
grotescamente, al resto de
los comensales, que también le
observaban serios y
expectantes. Todos menos uno. Ella miraba en
otra dirección y sonreía.
José Manuel Fernández
Argüelles (Cuentos Cortos)
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