La verdad, lo real, el universo, la vida - como queráis
llamarlo - se quiebra en facetas innumerables, en vertientes
sin cuento, cada
una de las cuales da hacia un individuo. Si
éste ha sabido ser fiel a su punto
de vista, si ha resistido a
la eterna seducción de cambiar su retina por otra
imaginaria, lo que ve será un aspecto real del mundo. Y
viceversa: cada hombre
tiene una misión de verdad. Donde
está mi pupila no está otra; lo que de la
realidad ve mi
pupila no lo ve otra. Somos insustituibles, somos
necesarios.
Dentro de la humanidad cada raza, dentro de
cada raza cada individuo es un
órgano de percepción
distinto de todos los demás y como un tentáculo que llega
a
trozos de universo para los otros inasequibles. La realidad,
pues, se ofrece
en perspectivas individuales. Lo que para
uno está en último plano, se halla
para otro en primer
término. El paisaje ordena sus tamaños y sus distancias de
acuerdo con nuestra retina, y nuestro corazón reparte los
acentos. La
perspectiva visual y la intelectual se complican
con la perspectiva de la
valoración.
José Ortega y Gasset - El espectador (fragmento)
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